Recorremos Tailandia de la mano de María

Volando con la Thai, asientos amplios y azafatas vestidas con el traje tradicional atentas a cada movimiento te hace presagiar que va a ser un viaje espectacular.

Llegada a Bangkok, la ciudad del caos con casi 7 millones de habitantes y traslado al hotel Narai, dejamos las maletas una ducha para despertar y a visitar la ciudad. Andando las piernas no avanzan en una ciudad tan grande:

Metro – muy sencillo maquinas donde pones el lugar donde vas y metes el dinero billete y a montar, pero una pena no poder ver nada de la ciudad.

Tranvia – muy pocas líneas, sencillo sacar el billete pero pocas líneas, pero en el por lo menos ves la ciudad

Taxi– Algunos ponen el taxímetro y es muy barato, pero yo pregunte a 4 o 5 y solo uno me ponía el taxímetro y solo en uno subí.

Túk túk – Sin taxímetro cuesta lo mismo que el taxi y en el ves la ciudad, y como son mas estrechos se mueven mas rápido en los atascos y en ningún trayecto pagué mas de 5 euros.

Importante siempre coger una tarjeta del hotel para enseñarla a los conductores y poder volver porque no todo el mundo sabe ingles.

Los imprescindibles de Tailandia son:

• El Palacio real (dinastía Chakri) – espectacular el trabajo y el colorido empleado en el edificio. Para poder entrar hay que llevar pantalón largo y calzado cerrado y hombros cubiertos, por respeto tienen zonas para cambiarse, para el resto de monumentos con llevar un pañuelo para los hombros es suficiente.

Palacio Real

• Excursión al mercado flotante, por carretera pasando por el mercado del tren un sinfín de puestos de cosas artesanales y colorido que se va a repetir durante todo el viaje, siempre regatear por todo y siempre nos va a timar. Pero todo tiene unos precios baratos y razonables.

En Thailandia hay muchas tiendas de ropa a medida: eliges la tela y el modelo, y al día siguiente te lo entregan en el hotel. Por 4 o 5 euros puedes comprarte un modelo para cada día sin necesidad de lavar nada.Además, las imitaciones buenas las exportan a otros países y las malas las venden allí pero son muy malas y caras.

Thailandia es un país muy económico en el que puedes comer un menú por 1 euro y hay mucha oferta, una señora con la cafetera de casa vendiendo café, un señor con la maquina de coser en la calle haciendo arreglos de ropa. Encontrarás puestos callejeros con comida de toda clase, frutas… ¡incluso saltamontes! casi siempre complementada con arroz. En todos los puestos que comí estaba todo rico: los saltamontes y los bichos no están especialmente buenos pero todo hay que probarlo. Una curiosidad: los Thailandeses no utilizan cuchillo porque te lo dan todo picado.

Mi plato favorito: el el Pad Thai… ¡buenísimo!

Después de visitar la bulliciosa ciudad de Bangkok iniciamos un circuito visitando cada lugar autobuses confortables y guía con nosotros, primera parada Kanchanaburi, solo podemos acceder al hotel en barca rodeados de naturaleza ( importante: no olvides llevar repelente de mosquitos)

Nos adentramos en la jungla Thailandia donde no sólo encontramos monumentos espectaculares, sino que cuenta con naturaleza fascinante. Al día siguiente, navegamos en un barco por el río Kwai donde durante muchos años explotaron a trabajos forzados para la construcción del tren (en el que realizamos un pequeño trayecto por sus paisajes ) en la segunda guerra Mundial y su famoso puente. Seguimos nuestro viaje visitando el templo mas antiguo del país, Ayutthaya destruida por los Birmanos hoy es Patrimonio de la Humanidad (estos templos se pueden visitar en bicicleta, aunque también existen unos trenecillos peculiares)

Puente Rio Kwai

Empezamos a ver que los monos conviven con la población, la ciudad e los monos en Lopburi aunque hay que cuidar de todos los efectos personales porque lo cogen todo, seguimos nuestro viaje hacia Phitsanuloke, donde por la mañana podemos ver a los monjes pedir con las tarteras. darse algún masaje Thailandes por 5 euros una hora de masaje el masaje Thailandes es estiramiento de todos los huesos que hasta este viaje no sabia que tenia tantos.

Por fin llegados a Chang Rai una ciudad pequeña en la que andando se puede recorrer, el paisaje se vuelve mas salvaje y el tiempo mas fresco, desde allí podemos visitar el triangulo de oro la frontera natural con Myanmar y Laos , un paisaje natural impresionante.

El día siguiente nos vamos a Chiang Mai donde visitamos el templo Blanco aun sin finalizar y el dia siguiente visitamos el campamento de los elefantes con un paseo muy divertido. Después del circuito nos llega el relax , los Thailandeses tienen una puntualidad extrema y son muy educados en el trato, cogemos un vuelo con destino a Krabi la gran desconocida y la menos explotada con unas playas espectaculares, en el hotel Krabi Resort nos tienen preparada la bolsa de playa con toallas y esterillas para ir a disfrutar del mar. Andando cruzamos una carretera y una playa larguísima ante nosotros. Pero además hay una estación de barcos (tipo autobuses) que compramos el billete en la estación de ida y vuelta por dependiendo del destino entre 5 o 10 o 20 euros y nos llevan en barco a diferentes playas de los alrededores. Lo cogemos llegamos a playas vírgenes sin ningún tipo de servicio y al poco rato de estar en la playa atraca en ella un barco cafetería, restaurante, bar con todo tipo de servicios. En Krabi hay muchos restaurantes hindús y el cambio de moneda conviene hacerlo en pequeñas cantidades aunque Krabi es un poco mas caro todos los servicios.

Llego el final de nuestro viaje super completo: vuelo desde Krabi vía Bangkok a Madrid.

Tailandia lo tiene todo: cultura diferente, naturaleza y playa.

Los Thailandeses son budistas y practicantes aunque como todas las religiones no son puras. Cada mañana los monjes salen a pedir por la ciudad a las 7 de la mañana con unas tarteras para hacer la comida dado que comen dos veces al día, pero prefieren dinero para comprar cosas que alimentos, los tailandeses visitan los sábados a sus budas y las ofrendas les cuesta 0.50 céntimos. Pero según el budismo basado en la reencarnación si en esta vida te portas bien te reencarnaras en algo mejor en la próxima.

Llego el final de este viaje y con él, en fin de una experiencia increíble.