La bulliciosa India
India es increíble, el consejo que puedo dar a todo el mundo que vaya es que primero toque algún país asiático o haya ya estado primero en países como Vietnam, Tailandia etc. Ir de primeras a un país como India puede resultar un poco fuerte para afrontar y acomodarte en un país tan distinto culturalmente como es India.
El caos en las ciudades es una llamada de atención a tu cuerpo impresionante. Te hace estar en alerta todo el tiempo que estés en la calle. La cantidad de pitos que hay de todos los coches, todas la motos, todos los vehículos para adelantar es algo que se puede parecer a una cabalgata de reyes con mucha gente en la calles y encima queriendo adelantarte.
La cultura es tan distinta que son capaces de mezclar el Hinduismo, el Islam, el Budismo, el Cristianismo como si no pasara nada. Son gente abierta, incapaces de decir que no, incapaces de decir que no saben donde esta algo, prefieren decirte alguna señalización con la mano, aunque sea mentira.
Delhi es caótico y grandísimo. Moverte por la ciudad en tuc-tuc es la mejor y la más cómoda experiencia. Dimos con un chofer de tuc-tuc llamado Papu que hizo de nuestra visita a Delhi todo un conocimiento de sus culturas y monumentos.
Agra es una ciudad menos importante pero es donde reside el gran Taj Mahal, una de las siete maravillas del mundo. Todavía recuerdo el grupo de niños de un colegio del propio Agra, cuando vieron por primera vez el Taj Mahal, tras los arcos mozárabes de la entrada al complejo, como chillaban de asombro todos a la vez. Fue alucinante. Es inmenso, es precioso, y los jardines que te llevan hacia él hacen de la vista una experiencia difícil de llevarte a los ojos. Según te vas acercando parece que el gigante monumento te come, pero estas encantado de que te coma. Justo por la parte de atrás del Taj Mahal pasa un río donde también se pueden sacar fotos preciosas.
Mezquita Masaid Mahal
Agra no sólo posee el Taj Mahal, también es digno de ver el Fuerte Rojo, con esas murallas inmensas y llenas de rincones para fotografiar.
Jaipur es la capital del Rajastan, está ciudad puede ser algo más comercial ya que gran parte del país ha pasado por allí para comprar alguna vez. Hablo de personas pudientes, hay que pensar que en India este tipo de personas no son muchas.
El paseo por elefante en esta ciudad es típico. El palacio Rosa, el palacio en el Agua son monumentos que no puedes dejar de ver. Es un buen sitio para comprar pasminas.
La ciudad con más misterio que he visto en mi vida está allí en India y se llama Varanasi. La ciudad donde pasa el Ganges de la manera más sagrada del mundo. La gente quiere ir a bañarse al Ganges, purifica la vida, te limpia de los males, según la cultura hindú.
Todas las tardes hacen unas ceremonias cremando a personas que acaban de morir con muchos espectadores tanto en los grandes escalones del Ganges como desde las barcas que flotan por el río.
Las calles antes de llegar a orillas del rio son dignas de descubrirlas, de meterte en la vida cotidiana de lo que se vive en esas calles. Nosotros lo conseguimos y retrocedimos en alguna de las calles como 400 años. Rodeado de vacas, sin luces, con personas sin ropa en un estado de delgadez fuera de lo normal.
Lo mejor de Varanasi nos sucedió el último día de nuestra estancia en esa ciudad, nos dieron un folleto de publicidad de un restaurante español, El Camarón de la India. Fuimos bordeando todo el Ganges hasta dar con él. Se encuentra en un ático y los dueños son españoles. Siempre ponen algo de música de camarón y puedes encontrar platos lo más parecido a los españoles.
Siempre sin ternera, ya que en India no se puede comer en cualquier lado ternera o carne.
Nuestra ruta terminó en Calcuta una ciudad donde abundan las casas de Madre Teresa de Calcuta donde miles de voluntarios acuden cada año a poder poner su granito de arena en un país tan necesitado como India. Otro restaurante español nos esperaba allí, Spanish Café, nos trataban como en casa y cada día acudíamos a comer ese revuelto de patatas con huevo, esas pizzas o esos postres de Nutella.
